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Inventando.

Un espacio para contar historias

Caer en desgracia

  • Foto del escritor: Maki
    Maki
  • 1 jul 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 3 jul 2020


Mucho antes que existieran las redes, o La Banda de los Feos, era posible destruir a alguien. De un plumazo o varios bien puestos. En “La Cote Basque 1965” Truman Capote traicionó a sus amistades, terminó con su mejor amiga y provocó la muerte de otra. ¿Tan grave fueron sus indiscreciones? Más bien sí. Imperdonables bajo los estándares de entonces y los de hoy también.


Hubo dos anécdotas donde mezcló hechos con chismes -con nombres apenas disimulados- que cincuenta años después todavía producen asco y un escalofrío de horror.



Bill y Babe Paley


La primera trata de una noche de infidelidad de Dillon un titán de la industria, calcado sobre Bill Paley el patrón de CBS, mientras su mujer exquisita -a la imagen de Babe la mejor amiga de Truman y su Cisne favorito- está fuera de la ciudad. En una gala el millonario se levanta “a la mujer del gobernador” – supuestamente Nelson Rockefeller - una matrona sin otro atractivo que pertenecer a la elite WASP neoyorquina la que nunca realmente ha aceptado al personaje del cuento, ni a Paley, por ser judíos. El millonario la imagina como alguien que usa “sostén de tweed y huele a colonia de lavanda”. No lo estimula el deseo, esto es un ajuste de cuentas social. El acto amatorio transcurre en la oscuridad y termina en catástrofe.


A la mañana siguiente con su mujer a punta de regresar, Dillon/Paley se despierta acostado en una cama “con manchas del tamaño de Brasil”. La próxima hora se la pasa de rodillas lavando sábanas en la bañera del hotel y tratando de secarlas con el secador de su mujer. Hay que admitir que la Terrible Amenaza, como solían llaman a Truman, pinta una escena imborrable. Cuando sale publicado “La Cote Basque” y después de unos días de silencio, Truman se anima a llamar a Bill a preguntarle que le ha parecido. “Pasó algo terrible. Había empezado a leerlo cuando la mucama botó la revista”. Truman en seguida se ofrece enviarle otra copia a lo que Paley le dice que no se moleste porque su mujer está muy grave y no tiene tiempo para leer. Estocada final. Babe murió tres años después. Truman nunca volvió a ver a los Paley.


El segundo cuento trata sin mucho disimulo el caso de Ann Woodward, una socialité americana quién una noche le disparó al que pensó era un intruso y accidentalmente mató a su marido. El episodio se convirtió en una “cause celèbre”. La justicia con la presión de la suegra de Ann, una millonaria poderosa, la exoneró; la sociedad siempre tuvo sus dudas.


En el cuento Capote sugiere que Woodward recibió 6 balazos en la ducha, lo cual descartaría la tesis del intruso. Días antes que saliera publicada la revista Ann Woodward tomó cianuro y se suicidó.


Su suegra sentenció declaró: Ann Woodward


"Mi nuera mató a mi hijo y Capote mató a mi nuera"

.



Mi madre fue amiga de Ann Woodward, se veían durante el invierno y jugaban juntas a las cartas.


Se parecían mucho y la gente a veces las confundía lo cual me provocaba un extraño cosquilleo y una sensación algo excitante parecida a la de codearse con el escándalo sin arriesgar nada.




Mamá



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