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Inventando.

Un espacio para contar historias

El momento perfecto

  • Foto del escritor: Maki
    Maki
  • 4 jun 2020
  • 2 Min. de lectura

Dos millones de personas contagiadas, 110 mil muertos, 40 millones de desempleados, manifestaciones violentas, vandalismo y destrucción en casi todas las grandes ciudades de EE UU. La muerte de George Floyd imposible de mirar en vivo durante 9 largos minutos incendió el territorio americano de costa a costa. Miedo, incertidumbre, ganas de salir armado, de meter bala viendo el país irse a la mierda sin brújula y lo peor sin líderes.


Esta la ocasión soñada para hacer lo que se debe.


Cuando Mandela y de Klerk acordaron poner fin al apartheid en Sudáfrica comprendieron que solo era posible si enfrentaban sus demonios juntos. Nada lograrían si barrían el pasado bajo la alfombra. Tenían que convocar una comisión de la verdad y de la reconciliación que sacara todos los trapos al aire si iban a construir un país democrático en igualdad y paz. EE UU tiene que enfrentar la mancha de su pasado que nació cuando los negros llegaron en grilletes y fueron vendidos como animales en los mercados. Esa mancha no deja de extenderse ni deja vivir. Este el momento para hacer lo que ningún gobierno, ni demócrata ni republicano hizo desde que Lyndon B. Johnson firmó el Civil Rights Act en 1964. Cincuenta y seis años después el racismo sigue allí, igual o peor. Esto tiene que cambiar. Trump puede sacar la Guardia Nacional y matar a los vándalos pero eso es como darle una aspirina a alguien que tiene un tumor. Le quitas el dolor por un rato pero no arreglas nada.


Falta un líder. Un hombre o una mujer que pueda pararse en la plataforma de un camión y decir:

“Para Uds. que son negros y están tentados de llenarse de odio contra los blancos, Uds. pueden querer venganza, moverse en esa dirección y agrandar la mancha que ensucia nuestra Nación, con una mayor polarización entre blancos y negros. O podemos hacer un esfuerzo en borrar esa mancha y tratar de marchar juntos. Tenemos que hacer un esfuerzo en los EE UU, un esfuerzo por comprender al otro, para ir más allá de estos tiempos difíciles.


Mi poema favorito, de mi poeta favorito Esquilo, quién una vez escribió: “Hasta en nuestro sueño, el dolor que no podemos olvidar cae gota a gota sobre el corazón, hasta que en nuestra aflicción y contra nuestra voluntad aparece la sabiduría por la terrible gracia de Dios”.


Lo que necesitamos en los EE UU no es división ni odio -ni violencia, ni desorden. Sino amor, sabiduría y compasión. Buscar justicia para los que sufren sean blancos o negros.

Nos puede ir bien en este país. Hemos tenido problemas en el pasado. Pero la gran mayoría de la gente blanca y la gran mayoría de la gente negra quieren vivir en paz. En estos días difíciles para los EEUU debemos preguntarnos qué clase de país queremos, hacía donde queremos ir”.


Extractos del discurso de Robert F. Kennedy, el 4 de Abril 1968, la noche que mataron a Martin Luther King.

 
 
 

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