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Inventando.

Un espacio para contar historias

Misma tormenta, distinto barco

  • Foto del escritor: Maki
    Maki
  • 15 may 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 20 may 2020

Una frase muy trillada circula desde que empezó el coronavirus. “Todos estamos en el mismo barco”.

No. Como me aclaró mi primo AAAA -son sus iniciales, aunque no lo crea- “estamos en la misma tormenta, pero en no en el mismo barco”. Cierto. Esta pandemia que a primera vista parecía una segadora desbocada que trataba por igual a todos, ricos o pobres, discrimina mucho.

Primero discrimina por nivel de ingresos, obvio. A mayores ingresos menos contagios y también más confort. La gente con buenas viviendas, con agua y espacio puede pasar la cuarentena mucho mejor que alguien que ya vivía malamente. Esos están en el peor barco. Se quedaron sin plata, les falta agua y también espacio para guardar la distancia recomendada. Están atrapados contra la pared. La cosa parte el alma y está como para ponerse a llorar.

Luego en otro capítulo están los que creen que están en el mismo barco, pero que va. Hay barcos y naves, pero también canoas, botes a remo, lanchas, veleros y hasta yates. Hay la pareja que se quedó con los empleados de siempre y se puede levantar tarde y leer y escuchar opera todo el día. Están los que tienen alguien en casa que les hace la casa, la cama, y la comida, y ellos tomando un tutorial distinto cada semana. Una amiga aprovecha que tiene dos empleadas “para hacer las compras” y está haciendo yoga. Y luego están los de no creerla que siguen como si nada y organizan comidas en su casa “para los amigos del edificio”. Pregunto, esta gente, ¿qué come? ¿Por qué no me tocó a mí? Porque yo definitivamente estoy en la brigada de las ‘eras”: lavandera, cocinera, barrendera, fregadera, jardinera, costurera, basurera, cuando lo que quisiera es estar en el elenco de las “oras”: escritora, inventora, cantaora, bailaora, salidora, gozadora.


Solo por hablar de estas latitudes.

Porque si miramos a EE UU o a Europa allí te cambias de barco, ya. Amigos de North Carolina mandan fotos jugando al golf en familia, sin mascarilla, todos abrazados. Mi familia inglesa sacó el Union Jack para VE Day. Hizo picnic en la calle del pueblito guardando la misma distancia que siempre han guardado por ser británicos. Keep calm, dixit Boris Una amiga de Londres insiste en que vaya a verla y “hagamos un garden party en mi jardín” (¡En qué avión mamita!). Mis amigos en Paris empacando para irse por tierra a Sologne porque ya los soltaron. Un corresponsal en Nueva York tiene boleto que compró para viajar a Miami el 19 sin ningún problema. La mejor es mi amiga divina de Bruselas. Como ya se cansó de cocinar “ahora pido todo al delicatessen y me lo traen a casa, foie gras incluido”. Flor de barco.

Yo quisiera fondear mi barco, ya. Pero no queda otra que seguir porque aquí no habrá aviones hasta Septiembre. Piña. Mientras tanto pasta, pizza y pollo. Ensuciar pocas ollas y usar guantes pa´todo.

 
 
 

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