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Inventando.

Un espacio para contar historias

Ingleses locos y magníficos (Primera Parte: Scott)

  • Foto del escritor: Maki
    Maki
  • 2 ago 2020
  • 3 Min. de lectura

La leyenda cuenta que cuando le preguntaron al gran escalador británico George Mallory porqué quería subir el Everest, respondió “Porque está allí” Me fascina el hielo. Unos son atraídos por el mar; a mí me encantan las aventuras que suceden en sitios con hielo eterno.

LA EXPEDICIÓN DE SCOTT AL POLO EN 1912


Esta historia no es sobre una cumbre sino sobre un continente, la Antártida, que ocupó la imaginación del público en los primeros años del siglo XX y todavía ocupa la mía. Es el retrato de dos hombres, Scott y Shakleton gigantes y rivales, enamorados de la Antártica, héroes locos y últimos vestigios de un Best of Britain que no está más. El ocaso del imperio británico asomaba la cabeza -que la Guerra 14-18 se encargaría de cortar- cuando Robert Falcon Scott parte a la conquista del Polo Sur por primera vez. Es oficial de la Real Marina y protegido de Sir Clements Markham, el presidente de la poderosa Real Sociedad Geográfica quién lo anima a formar la expedición. Es difícil entender hoy el importante peso de esa institución cuando aún se estaban levantando mapas de terra ignota.



La expedición enciende una chispa de entusiasmo en los británicos, y el mundo.


El barco Discovery pertrechado para un viaje de dos años zarpa de Cardiff el 6 de Agosto 1901. A bordo lleva a Ernest Shakleton, un civil quién fue escogido por Scott por sus remarcables dotes de organizador.

El 4 de Febrero después de un viaje inenarrable de tempestades y contratiempos llega a penetrar la banquisa de hielo del Mar de Ross y toca tierra. Scott sube a un globo aerostático y a 180 metros de altura.


A esa altura la banquisa parece infinita.


REFUGIO DE SCOTT EN CAPE EVANS


En esta expedición Scott llegará hasta el paralelo 82; después no existe vida. Bien decían los antiguos balleneros: “Más allá del 40 Sur, no hay ley. Después del 50 Sur no hay Dios”.



Aprovecha para recoger valiosa data científica y meteorológica. El propósito principal del viaje es poder determinar si se trata de una masa de tierra o de un casco de hielo, caso del Polo Norte. En lo práctico este primer viaje sirve para aclimatarse, aprender a esquiar y a manejar los trineos, decidir que conviene más si utilizar perros, ponies u hombres para el trekking final al Polo. Scott descartará a los animales y optará por la tracción humana. La expedición del Discovery descubre rutas y pasajes que harán posible escalar la barrera para acceder a la meseta antártica y seguir en línea recta hasta el Polo.

Es fascinante constatar qué comían. Mucho Pemmican una mezcla de sebo de animal, carne pulverizada y bayas; suena asqueroso pero tiene gran aporte calórico importante cuando las temperaturas oscilan entre -6 y -69 grados Fahrenheit, y carne fresa de foca o caballo para evitar el escorbuto. Mucho té. La firma inglesa Cadbury les donó también una tonelada y media de chocolate. La ropa que utilizan era básicamente algodón porque en el ejercicio de arrastrar trineos de madera de 90 kilos las pieles los hacen transpirar aun en bajas temperaturas; el sudor se congela y se convierte en armadura de hielo.


Después de liberarse de la banquisa que amenazaba dejar atrapado al Discovery un año más, Scott llega a Spithead (Portsmouth) en Septiembre 1904 y a poco es recibido como un héroe y condecorado por el rey.


TUMBAS DE SCOTT, WILSON Y BOWERS EN LA BARRERA DE ROSS (ANTARTICA)

Ahora le queda regresar y conquistar el Polo. Lo logrará el 17 de Enero de 1912, sin jamás enterarse que el noruego Roald Amundsen se le había adelantado.


Esto no disminuye la importancia de su viaje cuyo objetivo siempre fue científico -recuperó fósiles de helechos que prueban que alguna vez el Polo fue un bosque tropical. Scott y sus 4 acompañantes mueren de inanición y frío en un terrible viaje de retorno a la base, atrapados por una tormenta inusual para la época y a solo 11 millas de un depósito de comida y combustible.


Las últimas anotaciones en su diario, encontrado al lado de su cuerpo, rinden homenaje al valor y fortaleza moral de sus compañeros. Scott no solo probó tener una resistencia inaudita frente a la adversidad sino que murió con su espíritu intacto.


"ULTIMA ANOTACION (29 DE MARZO 1912)

POR EL AMOR DE DIOS VELAD POR NUESTRA GENTE"

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