Ingleses locos y magníficos (Segunda parte: Shackleton)
- Maki
- 8 ago 2020
- 3 Min. de lectura

“Se necesitan hombres para viaje peligroso, salarios bajos, frío extremo, meses de completa oscuridad, peligro constante, retorno ileso dudoso, honores y reconocimiento en caso de éxito”.
El aviso apareció en el Times de Londres en 1914. Ernest Shackleton preparaba la Expedición Imperial Transartáctica y buscaba 58 hombres. Se apuntaron 5 mil.
Shackleton con amplia experiencia en el Polo Sur -dirigió la expedición del Nimrod (19017-1909) donde alcanzó el punto más austral del planeta y luego formó parte de la expedición en la que Scott perdió la vida- intentaba cruzar el Polo de lado a lado. El barco Endurance llevaría 28 hombres al Mar de Wedell y el barco Aurora los recogería al otro lado en el Mar de Ross. Pero Schakleton no es recordado por esa hazaña, que dicho sea de paso se frustró no bien empezó, sino por llevar a cabo la operación de supervivencia y rescate más extraordinaria de la historia.

El Endurance zarpa de Inglaterra el 8 de Agosto de 1914.Shackleton se queda atrás tratando de levantar los fondos que le faltan y alcanza el barco en Buenos Aires.De allí se dirige a las Islas Georgia del Sur y finalmente a principios de Diciembre se topa con la barrera de hielo que rodea el continente antártico.
Las condiciones empeoran rápidamente, como suele suceder en la Antártida, y el barco se encuentra atrapado en el hielo. Shackleton decide hibernar e intentar alcanzar tierra firma cuando llegue el deshielo.
Pasa el largo oscuro invierno a bordo del barco, incursionando a diario sobre la banquisa y organizando competencias deportivas.
El hielo aprieta el casco del Endurance y las maderas crujen con estruendo de truenos.Shackleton muestra cualidades excepcionales de líder. Anticipando el aburrimiento y hartazgo ordena tareas diarias y metas que cumplir. Instala un ambiente de camaradería entre los hombres y no hace distingos entre oficiales y marineros; los obliga a interactuar después de las comidas y pasar ratos juntos. Al llegar Octubre el Endurance empieza a hacer agua y Shackleton ordena abandonar rápidamente el barco y colocar todo, animales, comida y combustible, sobre la banquisa.

. Ante la vista atónita de la tripulación el 21 de Noviembre 1916 el Endurance es tragado por el hielo y los 28 hombres empiezan a derivar sobre la banquisa hacia el norte a 100 metros por hora.
Allí empieza la verdadera epopeya.
Shackleton sabe que el verano romperá la banquisa y hombres, animales y pertrechos quedarán flotando a la deriva sobre témpanos de hielo.
Ese momento se aproxima rápidamente y en Abril toma la decisión de echar al mar tres embarcaciones de 6 metros de eslora-poco más que tres kayaks grandes- y pone proa a la Isla Elefante a 550 millas de allí.Al llegar pisan tierra firme por primera vez en 500 días y desembarca a 22 tripulantes.

Acompañado de cinco hombres Shackleton enrumba a la estación ballenera en las Islas Georgia. El destino está a 800 millas náuticas desafiando tempestades inimaginables -condiciones tan extremas que en esos días naufragará un carguero de 500 toneladas. Navegan chequeando la posición del sol entre las gigantescas olas del Mar de Drake. Dos semanas después temiendo que la corriente los desvíe logran desembarcar del lado opuesto a la estación ballenera. Shackleton acompañado de dos más escalan un cordón de montañas colocando clavos en las suelas de los zapatos.Dos días después llegan a la estación ballenera de Grytviken y vuelven para recoger a los otros.
Después de pasar 127 días en la Isla Elefante el resto de los hombres son rescatados por Shackleton. Años más tarde éste murió rumbo de nuevo al Polo Sur y está enterrado en Grytviken

Todos los miembros de la tripulación del Endurance volvieran a casa, sanos y salvos.
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