Inventores
- Maki
- 23 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 may 2020
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La columna que escribí sobre Peter Beard hace un par de semanas (“Como no conocí a Peter Beard”) recibió una avalancha de comentarios. Valgan verdades posiblemente más debido al personaje que a mi pluma. Tuve un par de satisfacciones inesperadas. Una lectora en Chile me contó que había frecuentado a Beard -morí de la envidia- y otra, en EE UU, que conoce a su hija Zara. Revelaciones deliciosas y una razón más para escribir. La mayor fue la agradable sorpresa del gran interés que despertó entre los lectores la vida de aventura y arte que se inventó Beard de pe a pa. Nada atrae más que una vida inventada.
Romain Gary es otro invento propio. Quizás el invento definitivo ya que murió con un nombre distinto al que tuvo al nacer, su fecha de nacimiento permanece indeterminada y el lugar cambió varias veces -Vilno, Moscú- durante su vida. Durante esos primeros años no se sabía bien que era Rusia, o Biolorrusia o Lituania. Nace pobre y judío -pero dice ser también mitad cristiano ortodoxo o católico- es hijo legítimo pero lleva el nombre de su madre. Mina Kacew cree ciegamente en la estrella de este hijo que considera extraordinario y a los 13 años le predice: “Serás escritor. Serás un héroe. Serás diplomático. Serás rico. Serás famoso. Serás amado”.
Refugiados en Niza, sin un cobre, la madre hace lo imposible para que su hijo cumpla su destino. Lo inscribe en colegios caros que no puede pagar y en campeonatos de tenis cuando Romain nunca agarró una raqueta en su vida. Para Mina nada es imposible cuando se trata de su único hijo. Gary crecerá para ser escritor, y todo lo demás también. Se convertirá en un gran autor, ganará dos veces el Premio Goncourt de literatura -la segunda vez con un pseudónimo- el único escritor que jamás lo ha logrado.
Durante la guerra se enrola en FFL en Londres. Vuela como polaco y se desempeña como un héroe. De Gaulle lo condecora con la Cruz de Guerra y la Cruz de la Liberación y terminada la guerra es nombrado cónsul en Los Angeles. Sus libros conocen un enorme éxito de ventas. Primero publica “A European Education” escrito a mano y en inglés (habla polaco, ruso y francés) sobre las rodillas durante las misiones en bombarderos; su obra continuará en francés. Con “Las raíces del cielo” llega su primer gran triunfo de librería pero el libro más entrañable de Gary es “La promesa del alba” que narra su infancia y su juventud con Mina.
Rico, excéntrico, con aire eslavo -deja entender que tiene ancestros tártaros- Gary conquista las mujeres más bellas y más en boga. Se casa por segunda vez con Jean Seberg, la frágil criatura descubierta por Otto Preminger. Para ella escribe un guión, “Los pájaros van a morir al Perú”. Jean posiblemente se suicida en 1979. Gary ciertamente lo hace en 1980. Un final trágico que no predijo Mina pero perfectamente acorde con su vida desmesurada.
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