"Que veinte años no es nada"*
- Maki
- 4 jul 2020
- 2 Min. de lectura

Me había olvidado del nombre de Amadou Diallo. Normal, ha pasado mucho tiempo. En 1999 Amadou fue baleado en la puerta de su casa en el Bronx por la policía de Nueva York.
Cuatro policías blancos le metieron 41 balazos al joven africano arrinconado entre una puerta cerrada y dos paredes. No tenía armas, no estaba drogado, no era buscado por ningún crimen, ni había cometido ningún delito.
Llegó de Guinea para estudiar y sus papeles estaban en orden. A pesar de la amplia cobertura en medios, de las diarias manifestaciones pacíficas a su favor (“No Justice, No Peace”) de las invocaciones de su madre, Kadiatou una mujer que viajó desde Africa buscando justicia para su hijo, los cuatro policías fueron absueltos. En el banquillo lloraron, declararon haber temido por sus vidas y uno contó que ya con el joven Diallo en el suelo, le imploró: “Por favor, no te mueras, man “.
Con 41 balazos era difícil darle gusto.
La defensa siempre se refirió al hecho como “un infortunado accidente”. ¿41 balazos? ¿Accidente? Por favor.
Fast forward al 2020. Cuatro policías blancos de Minneapolis -ciudad mayoritariamente blanca- acuden respondiendo a una denuncia. Un hombre negro habría intentado pasar un billete falso de 20 dólares. Llegan, lo encuentran dentro de su auto, lo sacan y lo esposan. George Floyd no estaba armado. Por lo visto algo hace pensar a uno de los policías que un sujeto no armado y esposado todavía representa un peligro lo tira al piso y le pone la rodilla en el cuello durante 9 minutos. Luego de 6 minutos el tal Floyd muere pero al policía no lo convence. Por lo visto esposado Y MUERTO, Floyd todavía es peligroso. Los otros 3 policías no intervienen. Los testigos tampoco; hacen lo que hacen todos los testigos del mundo: graban un video. No se los recomiendo. Con este video los cuatro policías van a ir a juicio, pero el procurador tendrá que probar que fue la rodilla lo que mató a Floyd.
Hello? ¿Ud. le pone la rodilla en el cuello A UN GATO y que cree que pasa? Se muere, pues.
Empezó otra ronda de manifestaciones (“No Justice, No Peace”) en EE UU y muchas ciudades del mundo menos pacíficas esta vez. Ardió la pradera. Asaltos, daños, desmanes, vandalismo, anarquía y heridos.
Ahora la población blanca está furiosa, quiere meterle ya no rodilla sino bala a los negros y estamos peor que antes. La base de Trump y sus adeptos supremacistas blancos no ayudan.
¿No era más fácil hacerle justicia a Diallo hace 20 años y evitarse este desmadre? ¿Educar a la policía que está allí no para morirse de miedo -para eso mejor que vendan seguros- sino para cuidarnos? El racismo no es un tema de miedo, es sobre no ver al otro como un ser humano. Es mostrar una indiferencia depravada frente a la vida.
P.D. Kadiatou Diallo, madre de Amadou, hoy dirige la Fundación Amadou Diallo. Es una conferencista dedicada a la educación de chicos negros en EE UU y Africa. Terminó su carrera en Guinea y dirige una empresa exitosa en Bangkok. Sus libros “My heart will cross This Ocean, My Story, y My Son, Amadou han recibido varios premios.
*”Volver” tango de Carlos Gardel.
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