Olimpiadas de Tokio: Perú triunfa en Categoría Desbarajuste

Finalmente una buena. Hartos de no ganar nada, o llevarnos de milagro alguna medalla de bronce, este año cambió la suerte para el Perú y nos llevamos la de Oro, Plata y Bronce en la Categoría Desbarajuste.

Olímpicamente. Record.

Nunca nadie hizo tanto en tan poco tiempo.

El flamante presidente Castillo y su Primer Ministro le hicieron más daño a la economía, la reputación y la estabilidad del país en 48 horas que nadie hizo en 48 meses. Se cargaron todo el trabajo -de otros por supuesto- y en menos de los que se corren 100 metros planos, barrieron años de tratar de levantar una estructura sólida socio-económica que soporte cambios necesarios y racionales. Tal fue el número de disparates que los jueces solo atinaban a ponerles 10 y 10 y 10 a todos los participantes peruanos. Muchas cosas las hubiésemos pasado por alto: “Paris bien vale una misa”.

Quedarse con el sombrero puesto cuando los sombreros están hechos para protegerse del sol y la lluvia y no se usan entre casa; se pensaría que Castillo que funge de ser campesino lo sabe mejor que nadie. Invitar a gente que representa no su persona sino a su país para que luego les lluevan insultos y desplantes -mucho se puede decir de la gente del Ande peruano, pero tienen fama de ser sencilla, educada y hospitalaria. No sé dónde Pedro Castillo aprendió esos modales, pero estoy segura que su mamá le enseñó que no se invita a gente para maltratarla. ¿Qué ganó con eso? Hacerse enemigo -¡de todo un país!- por las puras. Con no invitar a nadie, salvo al triunvirato de Evo, Maduro y el tío Alberto, ah, y ese de Cuba que nunca me acuerdo como se llama, bastaba.

Ni a Duque ni menos al rey acostumbrado a codearse con verdaderos estadistas, le hacía falta un viaje de mil horas al fin del mundo para que los insulten. ¿Luego no quiere vivir/despachar en Palacio? Ok. Si ya hace varias presidencias que nadie vive allí. Palacio es viejo, triste y oscuro, sí será todo eso, pero NO ES COLONIAL. Se inauguró en los años 20 ya bien entrada la república.

Populismo, pasa. Ignorancia, no.

Allí ya Medalla de Bronce.

Envalentonados fuimos por la de Plata: el gabinete.

Para solo señalar lo más destacado pasemos a enumerar los atletas más consumados.

El ministro de Transportes tiene como experiencia haber sido chofer pero chofer con papeletas, multas en peruano. El de Defensa era policía, nunca pasó de sargento y lo botaron por falta grave de la Policía Nacional. El de RR EE es un antiguo –y cuando digo antiguo no son bromas: tiene 86 años- ex guerrillero y fan de Fidel, o sea esos izquierdistas trasnochados que aún sueñan que están en la Sierra Maestra con el Ché y que no saben que ya no estamos en 1962, sino casi en 2022 y que la izquierda es otra. Sobre el Ministro de Trabajo no se puede decir mucho salvo que al flamante ministro lo botaron de su trabajo; en cambio sobre el de Cultura se puede escribir ríos. Tenemos el incidente que protagonizó en un autobús interprovincial, cuando la azafata rehusó embarcarlo porque se caí de borracho -un hilo conductor de este gabinete con solo dos mujeres es el machismo- y el tufo a pisco y cerveza iba a matar a los pasajeros. Esta joyita de la cultura peruana sacó revolver, sí revolver, dio tiros al aire, insultó urbi et orbe hasta que llegó la policía y lo embarco a dormir la curda en la comisaría. Sencillamente una delicia de cultura y refinamiento.

Podio y Plata para el Perú.

Lo mejor quedó para el final. Castillo nombró a un un desconocido, a un tal Bellido Primer Ministro del Perú.

El tal Bellido está indagado por “apología al terrorismo” esto en un país con 30 mil muertos en la guerra contra Sendero Luminoso. Dirán que no está condenado. ¿Pero puede alguien creer seriamente que con estar indagado no basta? Como será que hasta algunas de las bancadas de izquierda no lo quieren ni muerto. Esta ilustre desconocido además de homofóbico, machista y misógino (su jefe también lo es) es admirador de los senderistas que mataron civiles y militares. ¿Este es el gabinete profesional que prometió Castillo o es una improvisada recua de delincuentes sin preparación ni experiencia?

No será el gabinete prometido pero el Primer Ministro nos aseguró la Medalla de Oro en la disciplina del Desbarajuste Político Total y pasar a la historia como la transición de poder más disparatada y humillante de nuestra vida republicana y la peor de todo el vecindario..

El ministro de Economía es, era, la única carta válida que tenía Castillo. La jugó al final pensando que así blindaba al gabinete Bellido que necesita el voto de confianza del Congreso para poder gobernar.

Esa confianza se la tiene que negar el Congreso, las FF AA y los peruanos que no votamos por Castillo y que representamos la mitad del país. Y los que hoy ya no creen en él que son casi todos los demás.